Definir la pobreza es un hecho complicado. En sentido cuantitativo podríamos decir que la pobreza es la falta de recursos económicos. En sentido cualitativo podríamos añadirle la situación derivada de la falta de oportunidades para la integración social. Sin embargo, esto supone un juicio de valores, por ello, algunos autores crean el concepto de pobreza relativa. Se considera pobre a quien tienen unos ingresos los cuales se encuentra por debajo de la media de su contexto.
Por otra parte, se encuentra la pobreza absoluta que son aquellas personas que no pueden satisfacer sus necesidades básicas (viven con menos de un dólar al día).
Otros autores (con los cuales me siento de acuerdo) consideran que la pobreza no solo puede ser medida por los ingresos que una persona recibe sino que también debe tenerse en cuenta la capacidad que tienen los individuos para utilizarlos eficazmente.
El programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo mide tres dimensiones básicas: la esperanza de vida, la educación y el nivel de vida medio digno según el PIB per cápita.
En informes como el citado anteriormente podemos comprobar como siempre salen perdiendo los mismos países y cómo los países pobres llevan décadas siendo pobres y no cambia su situación.
Por otra parte, la autora describe qué es la exclusión social y la diferencia con la pobreza. La exclusión social tiene un sentido más amplio. Se trata de la separación de un individuo o grupo respecto a temáticas más amplias que lo económico.
Algo que me ha llamado la atención es que en el texto dentro de las transformaciones producidas en el mercado laboral, la autora explica que "tener un empleo hoy no equivale a la exención de riesgo de exclusión", es decir, que tener un trabajo no significa que ya no puedas encontrarte ante una situación de exclusión social. Y es que la exclusión puede darse en muchos aspectos de la vida, no solo en el trabajo, y en la actualidad, mucho más.
Por otra parte, cuestiona el sistema educativo. Al igual que Mercedes Reglero creo que los jóvenes que abandonan la escolaridad suponen el principal colectivo en riesgo de exclusión social. Y es que en la actualidad, se necesita una formación cada vez más completa para alcanzar un puesto de trabajo. Además hay que aprender nuevas actitudes y aptitudes que antes no eran necesarias o, al menos, no eran tan exigidas.
Los principales ejes para una adecuada inclusión social son: el trabajo, la familia y las relaciones sociales. Sin embargo, yo le añadiría el esfuerzo propio que se debe de hacer para salir de esa situación de exclusión.
A los grupos con mayor riesgo de padecer situaciones de exclusión o pobreza (mujeres con cargas familiares no compartidas, jóvenes con fracaso escolar, comunidad gitana, desempleados de larga duración y personas sin hogar) citados por la autora, yo le añadiría los siguientes colectivos: inmigrantes, personas que sufren maltrato, discapacitados y tercera edad.
Por último, y a modo de conclusión, debo decir que nos encontramos ante una situación de mal reparto de las riquezas. Aunque es cierto que esto es difícil de cambiar, pues como siempre se ha dicho, para que existan ricos han de existir pobres, y los países y los sectores que tienen las riquezas y con ello el poder en sus manos no van a permitir un reparto equitativo de esta riqueza. Sin embargo, desde nuestra profesión debemos luchar por un mundo más igualitario. No se trata de tener una visión utópica de acabar con la pobreza mundial sino hacer intervenciones dentro de nuestro alcance. Si podemos sacar de la pobreza a una familia ya es un paso importante. Y es que con pequeños pasos podemos conseguir grandes metas.
Buena entrada. Jose
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